Madre indígena recibió el cuerpo de su bebé en una caja y expuso presunta crisis del sistema de salud en Ecuador

El 29 de noviembre, a Yawa Sumpa Puar Alexandra, integrante de la comunidad indígena achuar, le entregaron el cuerpo de su bebé de apenas un mes de nacida dentro de una caja de cartón. La niña había sido ingresada la noche anterior al Hospital General de Macas, en la provincia de Morona Santiago, Ecuador, por un problema respiratorio y falleció pocas horas después.

Según el relato recogido por BBC Mundo, el personal médico recomendó a la madre conseguir un ataúd. Sin recursos económicos, lejos de su comunidad y con dificultades para comunicarse en español, la mujer regresó al hospital y se encontró con un improvisado féretro. Con la caja en sus brazos, tuvo que trasladarse primero al parque principal de Macas y luego emprender un largo trayecto hasta Taisha, desde donde salen las avionetas hacia la Amazonía ecuatoriana. La municipalidad de Taisha fue la que finalmente la apoyó con un ataúd y el traslado aéreo hasta su comunidad.

La fotografía del momento fue tomada por un miembro de la comunidad achuar que auxilió a la madre y se difundió rápidamente en redes sociales, la cual generó una oleada de indignación en Ecuador. Para él, el hecho reflejó un trato indigno hacia las poblaciones indígenas y una forma de exclusión estructural.

Tras la difusión de la imagen, el Ministerio de Salud Pública informó que se adelantarían gestiones para sancionar al personal involucrado en la irregularidad. Sin embargo, el caso trascendió el hecho puntual y se convirtió en un símbolo de la profunda crisis del sistema de salud pública ecuatoriano.

Días antes de la muerte de la bebé, Ecuador había vivido una consulta popular impulsada por el presidente Daniel Noboa, en la que todas las propuestas fueron rechazadas. Entre las razones mencionadas para explicar el resultado comenzó a aparecer la crisis sanitaria, un tema que había quedado opacado por la inseguridad.

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El país enfrentaba desde meses atrás un grave desabastecimiento de medicamentos e insumos básicos, lo que llevó al Gobierno a declarar el estado de emergencia tanto en el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social como en el Ministerio de Salud. Especialistas y legisladores advirtieron que esta situación afecta directamente la compra de medicamentos, el mantenimiento de instalaciones y el pago del personal sanitario, los cuales debilita la capacidad operativa del sistema.

De acuerdo con testimonios recogidos por BBC Mundo, el presupuesto de salud ha sufrido recortes progresivos en los últimos años. A esto se suma una baja ejecución de los recursos asignados, lo que ha obligado a hospitales y centros médicos a operar con mínimos insumos.

La escasez de medicamentos es generalizada. En varios hospitales del país, el abastecimiento no supera el 45% y en algunos centros de Guayaquil la falta de insumos esenciales alcanza el 80%. Médicos relataron que los pacientes deben llevar desde agujas hasta medicamentos para poder ser atendidos.

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Esta precariedad ha obligado a muchas familias a endeudarse para comprar fármacos o insumos básicos, extendiendo la crisis de salud a todo el tejido social. Expertos consultados señalaron que la pandemia de COVID-19 aceleró el deterioro del sistema sanitario. Despidos masivos de personal, denuncias de corrupción y falta de inversión en mantenimiento y tecnología agravaron una estructura ya debilitada.

El impacto fue especialmente severo en Guayaquil, donde las imágenes de ataúdes en las calles marcaron uno de los momentos más críticos de la emergencia sanitaria. La situación es aún más compleja en las áreas rurales y amazónicas, donde los puestos de salud son escasos, carecen de insumos básicos y no cuentan con especialistas. En muchos casos, los médicos son recién egresados que cumplen su año de servicio social.

Esta falta de atención adecuada obligó a la madre achuar a trasladar a su bebé hasta Macas. Allí, lejos de encontrar una solución, se enfrentó a un sistema colapsado que terminó devolviéndole a su hija en una caja de cartón.

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