La decisión, lejos de ser una coincidencia procedimental, fue el resultado de una estrategia articulada que involucró a varios partidos tradicionales. / Foto: Ministerio del Interior.

Así se gestó el hundimiento de la Consulta Popular: una jugada sincronizada

Foto: La decisión, lejos de ser una coincidencia procedimental, fue el resultado de una estrategia articulada que involucró a varios partidos tradicionales. / Foto: Ministerio del Interior.
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El Senado enterró la propuesta de consulta popular presentada por el Gobierno Nacional, tras una maniobra legislativa que revivió la reforma laboral y bloqueó la posibilidad de dar voz a la ciudadanía en la discusión de los derechos laborales.

Este miércoles 14 de mayo, la plenaria del Senado de la República rechazó con 49 votos contra 47 la consulta popular impulsada por el Gobierno del presidente Gustavo Petro para que fuera el pueblo colombiano quien decidiera sobre una nueva reforma laboral. Lo hizo minutos después de revivir, por medio de una apelación, la misma reforma laboral que había sido hundida en la Comisión Séptima el pasado mes de marzo.

La decisión, lejos de ser una coincidencia procedimental, fue el resultado de una estrategia articulada que involucró a varios partidos tradicionales que lograron ejecutar, en una sola sesión, un doble cerrojo a los derechos laborales de los colombianos. En una jugada que recuerda al gambito de dama, el Congreso sacrificó la consulta popular para mantener viva la reforma laboral, solo que no como un favor al gobierno que la propuso, sino como un movimiento de distracción que terminó por neutralizar ambas opciones de transformación. Una maniobra inversa: se revive la reforma no para aprobarla, sino para hundir la consulta, y al final, sepultar las dos.

La jornada comenzó con un sorpresivo cambio en el orden del día; la plenaria votaría primero la Apelación al archivo de la Reforma Laboral que se había presentado hace casi dos meses. En un hecho que muchos espectadores calificaron de insólito, la senadora Paloma Valencia, desde las 6:00 a. m. del mismo miércoles, había radicado una proposición "para mantener el orden del día" en la que advertía que la coalición a favor del Gobierno intentaría cambiar la agenda del Congreso. Una clara señal de estrategia articulada.

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Esa modificación efectivamente se materializó: primero se votó la apelación al archivo de la Reforma Laboral presentada en marzo por el senador Fabián Díaz, de la Alianza Verde, con el que buscaba revivir el proyecto de reforma laboral que los partidos que usaron la figura hábilmente a su favor este miércoles habían sepultado a través de 8 colegas y aliados en la Comisión Séptima. Solo después de llevar a cabo esta artimaña se procedió con la votación de la consulta popular.

Una jugada premeditada para descartar la consulta

El senador Fabián Díaz, quien había presentado la apelación, solicitó retirar la proposición durante la sesión. Sin embargo, la presidencia del Senado, bajo la dirección del presidente Efraín Cepeda, del Partido Conservador, se negó a retirarla y sometió a votación la decisión, en la cual la oposición consolidó mayorías. Con ello, la reforma que meses antes habían archivado sin mayor discusión de repente había adquirido un valor inexplicable. Así, la apelación fue aprobada, reviviendo formalmente la reforma laboral, pero iniciando desde cero su trámite en una nueva comisión aún por designar.

El objetivo era claro: resucitar una reforma sin tiempo legislativo suficiente para ser aprobada, pero lo suficiente para justificar el rechazo de la consulta. Como explicó el senador Ariel Ávila, la aprobación de la apelación obliga a que el proyecto pase a una nueva comisión —no la Séptima—, que deberá discutir, modificar, designar ponentes y aprobar antes del 20 de junio, cuando termina la legislatura. “Matemáticamente se alcanza”, dijo Ávila, “pero políticamente parece inviable”.

El fraude en la votación: denuncia de Martha Peralta Epieyú y exclusión de votos

Una de las voces que denunció el procedimiento fue la senadora Martha Peralta, del Pacto Histórico, quien afirmó que a varios senadores a favor del Gobierno se les impidió votar porque, tras haberse declarado impedidos en la votación anterior de la reforma, no se les permitió participar en esta nueva decisión. “Cuando ingresamos al recinto, la votación ya se había cerrado”, declaró. La sesión duró menos de dos minutos. Con ese margen tan estrecho, el proyecto se cayó por solo dos votos, que pudieron haber cambiado el rumbo de la decisión.

La exclusión de votos no fue el único factor sospechoso. Horas antes, el presidente del Senado posesionó de nuevo al senador Ciro Ramírez, quien regresaba al Congreso tras salir de la cárcel. Su voto garantizó un respaldo adicional al bloque opositor. Como denunció Ariel Ávila, este movimiento se hizo de forma exprés para inclinar la balanza.

Reacomodo político para bloquear las reformas sociales

Lo sucedido no es un hecho aislado. Forma parte de un reacomodamiento estratégico de los sectores más conservadores y de la derecha tradicional, articulados con gremios económicos como la poderosa ANDI, que ya habían promovido documentos internos para atacar la reforma a la salud; este tipo de estrategias contemplan discursos, mensajes reiterados en declaraciones a medios, internacionalización de las discusiones internas del país, etc.

Esta articulación opera tanto en el Congreso como en algunos medios de comunicación y sectores empresariales, buscando deslegitimar e impedir la implementación de reformas sociales estructurales que tocan intereses económicos consolidados. En esa línea se inscribe el rechazo a la consulta popular: una herramienta constitucional que habría devuelto al pueblo la decisión sobre el rumbo laboral del país.

Petro denuncia fraude y convoca al pueblo

Desde su cuenta en X, el presidente Gustavo Petro denunció lo ocurrido como un “fraude similar al del 19 de abril de 1970”, al afirmar que el presidente del Senado cerró la votación cuando ya entraban los votos que hacían mayoría. “La orden como presidente de la República es que la fuerza pública no debe hacer uso de su fuerza contra el pueblo”, escribió.

El mandatario convocó a los movimientos sociales a organizar cabildos populares en todos los municipios del país: “Al pueblo no se le silencia con trampa. Estoy listo para lo que el pueblo decida”. Confirmó que se reunirá con el cabildo popular de Barranquilla y que acatará sus decisiones, reafirmando que la consulta popular no ha terminado, solo ha cambiado de escenario.

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En medio del bloqueo institucional, el llamado a la movilización popular reabre un nuevo capítulo de disputa democrática entre el Congreso y los sectores sociales que exigen que el país avance hacia una justicia laboral y social. La consulta fue hundida por el Congreso, pero aún vive en la voluntad de un pueblo que no se resigna.