Cauca recibirá inversión histórica de $27,6 billones con el Pacto Territorial

En Timbío se firmó un acuerdo entre el Gobierno, autoridades locales y comunidades para transformar el departamento con macroproyectos en educación, salud, infraestructura, desarrollo rural y reconciliación.
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Presidente Petro.
Foto: Más de 1,5 millones de caucanos serán beneficiados con obras de infraestructura, servicios básicos, educación, salud y programas de reconciliación. / Foto: Presidencia de la República.

El municipio de Timbío, en el Cauca, fue el escenario de un hecho sin precedentes: la firma del Pacto Territorial Cauca por la transformación territorial y la consolidación de la paz. El acuerdo reúne al Gobierno nacional, la Gobernación, los 42 alcaldes del departamento, el municipio de Jamundí (Valle del Cauca) y cientos de organizaciones sociales. Con una inversión estimada de $27,6 billones, el pacto busca resarcir décadas de abandono con proyectos que cierren brechas sociales, promuevan desarrollo y sienten bases de reconciliación en una de las regiones más golpeadas por la violencia.

El presidente Gustavo Petro Urrego encabezó el acto, en el que participaron autoridades nacionales y locales junto a comunidades indígenas, afrodescendientes, campesinas y urbanas. Durante su intervención, subrayó que el pacto no es solo un plan de obras, sino una apuesta para transformar las condiciones históricas que han alimentado la desigualdad y los ciclos de conflicto en el departamento.

La firma se convierte en un hecho político de primer orden: más de 1,5 millones de caucanos serán beneficiados con obras de infraestructura, servicios básicos, educación, salud y programas de reconciliación.

15 macroproyectos de alto impacto

El Pacto Territorial articula 15 macroproyectos estratégicos, con una inversión cercana a los $21,9 billones. Entre ellos se destacan la Vía al Mar ($2,7 billones), el corredor Estanquillo – Timbío – Popayán ($18,6 billones), el hospital de segundo nivel del Patía, la creación de la Universidad de Guapi y la Universidad del Macizo, además del Proyecto Integrador del Café y el Distrito Agroindustrial del Sur.

Estos proyectos se complementan con obras de salud, como nuevas unidades de atención en El Plateado y Suárez; de educación, con infraestructura universitaria en Popayán y Santander de Quilichao; y de agua potable, con la ampliación de redes y plantas de tratamiento en la capital caucana. Según el Departamento Nacional de Planeación (DNP), de los $27,6 billones proyectados, $23,4 billones ya cuentan con aseguramiento financiero, lo que garantiza la puesta en marcha inmediata de varias de las iniciativas.

Un pacto construido con participación social

El Pacto Territorial no fue diseñado únicamente desde las oficinas del Gobierno central. Su formulación contó con un proceso participativo que involucró a más de 780 organizaciones sociales de base: pueblos indígenas, comunidades afrodescendientes, campesinas, mujeres, juventudes y juntas de acción comunal.

En total se realizaron más de 40 encuentros participativos en cabeceras municipales y zonas rurales, mesas sectoriales con ministerios y agencias nacionales, y rondas de concertación de prioridades con alcaldes y organizaciones sociales. El documento final fue socializado con los 43 municipios involucrados, garantizando que las decisiones recogieran tanto las resistencias históricas como los proyectos de vida de las comunidades.

El pacto también incluyó la priorización de seis Proyectos de Interés Nacional Estratégico (PINES) en el marco de la Comisión Intersectorial de Proyectos Estratégicos (CIPE), lo que asegura respaldo institucional para obras de largo plazo.

Siete ejes de transformación

La hoja de ruta se organiza en siete ejes estratégicos:

  1. Educación integral.
  2. Desarrollo rural y transformación productiva.
  3. Infraestructura de transporte.
  4. Vivienda, agua potable y saneamiento básico.
  5. Transición energética.
  6. Paz y reconciliación.
  7. Gobernanza y transparencia en la ejecución de proyectos.

Cada uno articula programas y recursos que buscan responder a las múltiples desigualdades históricas del Cauca, con enfoques diferenciales étnicos, de género y territoriales.

Cannabis agroindustrial: alternativa frente a la violencia

Durante su discurso, el presidente Petro planteó la necesidad de avanzar hacia la agroindustrialización del cannabis en manos del campesinado como alternativa para reemplazar economías ilegales en el norte del Cauca. Recordó que la violencia en la región tiene raíces ligadas a la exclusión y al despojo de tierras, y señaló que es necesario expedir un decreto que habilite el cannabis como motor de desarrollo legal, con usos medicinales, industriales y productivos.

Para el mandatario, el acceso a tierra y conocimiento son condiciones indispensables para garantizar que las comunidades campesinas puedan convertirse en protagonistas de este nuevo modelo económico, generando empleo digno y oportunidades educativas.

Jóvenes y comunidades diversas, protagonistas del cambio

El jefe de Estado también dirigió un mensaje a los jóvenes del departamento, a quienes advirtió que portar un arma no es hacer revolución, sino caer en las dinámicas de las economías ilegales. En contraste, los invitó a liderar una revolución pacífica a través de la educación, el trabajo digno y la organización comunitaria.

El presidente resaltó además la importancia de un pacto interétnico que fortalezca la convivencia entre pueblos indígenas, afrodescendientes, mestizos y campesinos. Subrayó que la diversidad cultural y natural del Cauca es su mayor riqueza, y debe convertirse en la base de la paz y la prosperidad.

Un nuevo capítulo para el Cauca

La firma del Pacto Territorial representa un punto de inflexión para un departamento históricamente marcado por el conflicto armado, el narcotráfico y la exclusión. La inversión sin precedentes de $27,6 billones no solo busca garantizar obras y servicios, sino también abrir un camino de reconciliación y desarrollo equitativo.

El reto ahora será cumplir con la ejecución de los proyectos, bajo esquemas de gobernanza que involucran al Gobierno nacional, la Gobernación, alcaldías y organizaciones sociales. La vigilancia ciudadana y la transparencia serán claves para que el pacto se convierta en una realidad palpable en la vida cotidiana de los caucanos.