El Ministerio de Hacienda explica que el enfoque que definirá el salario mínimo de 2026 busca medir si el ingreso alcanza para una canasta esencial familiar: alimentación, vivienda, servicios, salud, educación y transporte.
28 de Diciembre 2025, 7:44 PM
El presidente Gustavo Petro anunció que el incremento del salario mínimo de 2026 se definirá bajo el concepto de “salario mínimo vital”, un enfoque que, según la explicación del Ministerio de Hacienda, busca que la política salarial se mida por la posibilidad real de garantizar condiciones de vida dignas y no únicamente por el ajuste anual asociado a inflación o productividad.
La decisión se adoptó luego de que se cerrara sin consenso la mesa de concertación entre empresarios, trabajadores y el Gobierno. Conforme a la Ley 278 de 1996, al no lograrse un acuerdo dentro del plazo legal, corresponde al Ejecutivo fijar el aumento, con fecha límite hasta el 30 de diciembre.
En su alocución, el Presidente Petro defendió el giro conceptual subrayando el impacto del ingreso en el sostenimiento del hogar: “El salario es familiar, no individual, y ese concepto va en el decreto”. Para el Gobierno, el debate no debería agotarse en un porcentaje, sino incorporar de manera explícita la pregunta de fondo: si el salario permite vivir con dignidad.
Qué es el “salario vital” y por qué entra a la discusión
De acuerdo con la información del Ministerio de Hacienda, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) define el salario vital como “el ingreso necesario para asegurar un nivel de vida digno a los trabajadores y sus familias”, calculado sobre una jornada laboral normal y considerando el contexto económico de cada país. En otras palabras, el enfoque funciona como una medición: si el ingreso cubre o no las necesidades esenciales de un hogar.
Bajo esa premisa, el salario deja de ser solo una variable económica y pasa a entenderse como una herramienta de justicia social. El propósito, en la lectura oficial, es que la remuneración permita un acceso efectivo a bienes y servicios básicos, más allá de la mera subsistencia.
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La canasta esencial que la OIT sugiere considerar
El Ministerio de Hacienda detalló que la OIT propone estimar el salario vital a partir de componentes concretos del gasto cotidiano de un hogar. Entre ellos se incluyen la alimentación suficiente y nutritiva, la vivienda digna y el pago de servicios públicos, además del acceso a salud y seguridad social.
A esa lista se suman la educación —planteada como condición para oportunidades futuras—, el transporte y otros gastos recurrentes del día a día. El punto, según MinHacienda, es desplazar la discusión desde un cálculo abstracto hacia el costo real de sostener la vida familiar.
Un enfoque con sustento constitucional y un reto económico por resolver
El Ministerio recuerda que el debate también tiene un soporte constitucional: el artículo 53 establece que la remuneración debe ser “mínima, vital y móvil”, orientada a proteger el trabajo en condiciones dignas y justas. En esa línea, el Gobierno plantea que el incremento tenga como referencia la canasta mínima vital de una familia y la realidad de cuántas personas aportan ingresos en el hogar.
El desafío, según la misma explicación oficial, será equilibrar el objetivo de proteger el poder adquisitivo con variables económicas del país —productividad, empleo e informalidad—, de modo que el ajuste salarial se traduzca en mejores condiciones sin afectar la generación de empleo formal. En ese marco, el Gobierno plantea que el concepto de salario vital no se limite al decreto, sino que se articule con políticas que fortalezcan productividad y formalización laboral.
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