En un movimiento sin precedentes, nueve empresas del sector energético, entre ellas varias intervenidas y otras de propiedad estatal, han oficializado su salida de la Asociación Nacional de Empresas de Servicios Públicos y Comunicaciones (Andesco), en medio de un creciente distanciamiento con el Gobierno Nacional por el rumbo del sistema eléctrico del país.
Las compañías que decidieron poner fin a su afiliación son Air-e, Electrohuila, Cedenar, Urrá, Dispac, Afinia, Centrales Eléctricas del Norte de Santander, Electrificadora del Caquetá y Emcartago. Todas enviaron comunicaciones formales a la presidencia del gremio durante los últimos días, argumentando razones institucionales, de representación y de intereses estratégicos divergentes.
#ComunicadoOficial ⚡ | El @MinEnergiaCo anunció que está listo el decreto que busca ponerle límites al costo de la energía en Colombia y generar estabilidad tarifaria. Con este decreto, se tiene la expectativa de que el precio de la energía por kilovatio hora (kWh) disminuya… pic.twitter.com/iPivTvEkGO
— Minenergía (@MinEnergiaCo) April 28, 2025
En los documentos conocidos por la prensa, algunas empresas expresaron su “falta de respaldo” por parte de Andesco en temas como la adquisición de energía a precios razonables, situación crítica para operadores que prestan el servicio en zonas apartadas del país. Dispac, por ejemplo, señaló que su permanencia en el gremio ya no representaba los intereses de su modelo operativo ni de las poblaciones a las que atiende.
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La decisión se conoce tras varias semanas de confrontación pública entre el ministro de Minas y Energía, Edwin Palma, y el presidente de Andesco, Camilo Sánchez. El ministro ha cuestionado la postura del gremio, especialmente por su insistencia en denunciar un presunto “apagón financiero” derivado —según Sánchez— de deudas acumuladas del Gobierno con las empresas distribuidoras.
El ministro Palma se ha mantenido firme frente al Gremio
Palma respondió a estas declaraciones acusando al gremio de alarmismo mediático, de interferencia política y de falta de propuestas concretas. También criticó la doble representación de Sánchez como presidente de Andesco y del Consejo Gremial Nacional, sugiriendo que esta concentración de vocerías podría desdibujar el equilibrio entre el interés privado y el interés público.
“No es con titulares catastrofistas como se resuelven los desafíos del sector. Es con responsabilidad, con visión de país y con voluntad para avanzar hacia una transición energética justa”, dijo Palma recientemente desde Neiva, durante un evento con autoridades locales y operadores regionales.
Si bien el Gobierno no ha confirmado públicamente haber solicitado a estas empresas su salida de la agremiación, fuentes del sector energético indicaron que el distanciamiento se había intensificado en espacios privados y que existía malestar entre varias entidades públicas por lo que consideran una postura “corporativa y politizada” del gremio frente a decisiones estructurales de política pública, como el control de tarifas, la intervención de comercializadoras en crisis o el fomento de energías renovables.
Un negocio que beneficia a pocos
El presidente Gustavo Petro ha insistido en que el modelo energético tradicional “benefició a pocos y perjudicó a millones”, y ha defendido el papel del Estado en la regulación del servicio público como una herramienta de equidad. El distanciamiento con Andesco se inscribe, además, en un contexto de reformas institucionales, entre ellas la transformación de la Comisión de Regulación de Energía y Gas (CREG), cuyo nuevo esquema busca reforzar el control democrático y descentralizado sobre las decisiones tarifarias.
Con la salida de estas nueve empresas —que prestan servicios en regiones estratégicas y de alta vulnerabilidad—, Andesco pierde una parte significativa de su base operativa y se reconfigura el mapa gremial en un momento de tensión. Aún no está claro si estas compañías buscarán crear una nueva instancia de representación o si funcionarán como interlocutoras directas del Gobierno.
En medio de la transformación energética que atraviesa el país, el retiro masivo es también un mensaje político: el debate sobre el modelo de desarrollo, los intereses que representa cada actor y el rol de lo público en la transición energética apenas comienza.