La inteligencia para matar lancheros es un delito de lesa humanidad: presidente Gustavo Petro

El presidente Gustavo Petro cuestionó el uso de información de inteligencia en bombardeos contra embarcaciones artesanales y anunció a Marcela Tovar como nueva embajadora ante la ONU en Viena con misión especial al respecto.
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Presidente Petro.
Foto: El Presidente anunció que Marcela Tovar será designada embajadora ante la ONU en Viena, sede de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes y del sistema global de control de drogas. / Presidencia de la República.

El presidente Gustavo Petro volvió a poner en el centro del debate el alcance y los límites de la cooperación antidrogas. En un mensaje difundido este miércoles, el mandatario advirtió que el uso de comunicaciones de inteligencia para lanzar misiles contra lanchas pequeñas —tripuladas por pescadores o trabajadores pobres— constituye un patrón que “es sistemático” y que, por tanto, encaja en la definición de delito de lesa humanidad.

El señalamiento no es menor: coincide con advertencias recientes de Naciones Unidas y de gobiernos europeos, que han expresado preocupación por los bombardeos indiscriminados ejecutados por Estados Unidos en el Caribe desde septiembre, operaciones que han dejado más de 70 muertos según reportes internacionales. En zonas costeras de Colombia y Venezuela, pescadores han dejado de salir por miedo a ser confundidos con traficantes y convertirse en un blanco.

La posición del Presidente se alinea con el principio que ha reiterado en escenarios multilaterales: la lucha contra el narcotráfico no puede justificar la muerte de civiles ni la suspensión de garantías humanitarias.

Cooperación sí, pero bajo reglas claras y con centralidad en los derechos humanos

Lejos de cerrar la cooperación con otros países, el jefe de Estado precisó que Colombia mantendrá el intercambio de inteligencia solo si se garantiza que la información no se usará para operaciones letales contra embarcaciones indefensas. Lo dijo sin ambigüedades:

Toda comunicación que garantice que será usada para incautaciones sin menoscabo de derechos humanos, y que genere capturas protegiendo la vida, será usada por la comunidad de inteligencias, incluidas las norteamericanas”.

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El mandatario reconoció que varias disposiciones de la política internacional de drogas fueron diseñadas desde enfoques punitivos influenciados por visiones coloniales. Su apuesta —insistió— es “descolonizar la lucha contra el narcotráfico” sin que eso signifique ceder frente a las mafias. Por el contrario, señaló que durante su gobierno se han dado “los golpes más duros” contra esas estructuras criminales, lo que ha derivado en amenazas directas contra su familia.

Marcela Tovar: nueva embajadora ante la ONU en Viena

En una señal diplomática de largo alcance, el Presidente anunció que Marcela Tovar Thomas será designada embajadora ante la ONU en Viena, sede de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes y del sistema global de control de drogas. Su misión será impulsar un enfoque científico y humanitario frente a fenómenos como la expansión de insumos del fentanilo, una sustancia que Petro calificó de “30 veces más peligrosa que la cocaína”. Tovar, viene de liderar la dirección de la Política de Drogas del Ministerio de Justicia y tendrá el reto de seguir defendiendo la postura de Colombia en este organismo frente al tratamiento del narcotráfico desde una perspectiva de salud pública.

El jefe de Estado ubicó la discusión en una dimensión mayor: las mafias multipropósito, afirmó, no solo alimentan economías ilegales sino que erosionan democracias, desplazan comunidades enteras y sostienen ciclos de violencia que han marcado a América Latina y al Caribe durante décadas.

El mensaje final del mandatario resume su postura:

“Con mi vida he defendido la causa de la destrucción de las mafias, y así seguirá siendo”.

Su declaración responde al momento actual del Caribe, pero también plantea un giro: la inteligencia del Estado debe proteger vidas, no quitarlas. Y la política internacional de drogas, dijo, tendrá que avanzar hacia un modelo donde la fuerza se subordine a la ciencia, los derechos humanos y la cooperación entre Estados.