El presidente Gustavo Petro respondió desde su cuenta de X a las críticas planteadas por varios expertos constitucionalistas recogidas por un medio nacional. En su trino, el primer mandatario cuestionó los argumentos que consideran inconstitucional su decisión y los comparó con los utilizados en 1990 para convocar la Asamblea Nacional Constituyente que dio origen a la actual Constitución.
“¿Por qué el decreto de Gaviria era bueno y el mío es malo y dictatorial?”, afirmó el presidente, ya que al decreto que permitió iniciar el proceso constituyente en 1990, pese a que en ese momento la Constitución de 1886 no lo permitía explícitamente.
Algo para la discusión jurídica del país de acuerdo a los planteamientos que aqui leo:
Si tenemos dos decretos presidenciales, el que convocó, la Asamblea Nacional Constituyente en 1990, cuando la constitución vigente era la de 1886,
Y el decreto presidencial, que convoca la… https://t.co/z8s3VbN1bV— Gustavo Petro (@petrogustavo) June 13, 2025
En el hilo de esta reconocida revista digital, varios académicos y juristas expresaron sus reparos legales frente al decreto. La constitucionalista Catalina Botero indicó que el Ejecutivo no puede declarar unilateralmente la “inexistencia” de un acto del Senado, y que cualquier vicio debe ser resuelto por el Consejo de Estado. Otros expertos, como Esteban Hoyos, Andrea Celemín y Fabio Pulido, coincidieron en que el gobierno está desafiando el equilibrio institucional al pasar por alto la necesidad de concepto previo del Congreso, establecido en el artículo 104 de la Constitución.
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El jefe de Estado argumenta que, así como el entonces presidente César Gaviria utilizó un decreto para convocar al constituyente primario a través de la voluntad popular —aunque la Constitución de 1886 no contemplaba ese camino—, su gobierno está siguiendo una lógica similar en 2025 bajo el amparo de la Constitución de 1991, que sí reconoce mecanismos de democracia participativa, como la consulta popular.
Según el presidente Petro, el decreto actual se basa en la soberanía del pueblo y en el mandato constitucional de construir un estatuto del trabajo, pilares fundamentales del estado social de derecho.
El primer mandatario llevó el debate más allá del procedimiento actual y advirtió que, si la Corte Constitucional tumba su decreto, también estaría poniendo en tela de juicio el fundamento jurídico que permitió la creación de la Constitución de 1991. En sus palabras, eso implicaría “el cambio de la historia jurídica hacia un ámbito completamente diferente”.
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Además, el presidente conectó este debate con una crítica al modelo económico actual, ya que, según el presidente, es el que detrás del rechazo a la consulta se esconde una “dictadura del gran capital” contraria a los derechos laborales y a la organización sindical.
“Un capitalismo del siglo XIX, que nada tiene que ver con el capitalismo que se desarrolla en el siglo XXI, que es con inteligencia artificial y no con brutalidad”, finalizó el presidente Petro.
Para muchas personas, lo que está en disputa no es solo una reforma, sino el alma misma del sistema democrático participativo establecido hace más de tres décadas.
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