Legisladores británicos exigen a EE. UU. abstenerse de atacar a Venezuela

34 parlamentarios británicos alertaron sobre el riesgo real de una intervención militar estadounidense contra Venezuela. Su declaración coincide con nuevos movimiento en el mar Caribe anunciados por EE. UU.
Comando Sur.
Foto: El llamado de los legisladores británicos ocurre tras semanas de maniobras navales lideradas por EE. UU. en aguas del Caribe. / AFP.

34 legisladores del Reino Unido, miembros de la Cámara de los Comunes y de la Cámara de los Lores, emitieron una declaración conjunta en la que denuncian la escalada militar estadounidense en el mar Caribe y piden a la administración Trump abstenerse de cualquier acción armada contra Venezuela. El documento, titulado Declaration of Emergency: No to Trump’s War on Venezuela, coincide con la llegada del portaaviones USS Gerald R. Ford y el inicio de la operación militar “Lanza del Sur” anunciada días antes por Washington.

Entre los firmantes se encuentran figuras de alto peso político como Jeremy Corbyn, Diane Abbott y John McDonnell, quienes advirtieron que un ataque estadounidense tendría “consecuencias regionales impredecibles” y que la comunidad internacional debe actuar para evitar una crisis humanitaria y geopolítica de gran magnitud.

El pronunciamiento, respaldado por sindicatos nacionales (NEU, TSSA, BFAWU, GFTU) y organizaciones pacifistas como el Campaign for Nuclear Disarmament (CND) y la Stop the War Coalition, inscribe el tema venezolano dentro de una preocupación internacional más amplia: el riesgo de que la supuesta operación antidrogas anunciada por Washington se convierta en un conflicto abierto.

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Southern Spear: un despliegue militar que supera el argumento antidrogas

El llamado de los legisladores británicos ocurre tras semanas de maniobras navales lideradas por EE. UU. en aguas del Caribe. Medios internacionales han confirmado que: La operación “Lanza del Sur” moviliza al 20% del poder naval estadounidense disponible, incluyendo buques de asalto, destructores, bombarderos estratégicos y aeronaves de guerra electrónica. Además, cuenta con el portaaviones USS Gerald R. Ford, el más grande del mundo y equipado con sistemas de supresión electrónica y cazas de quinta generación.

A esto se suma, como reportó este lunes el Comando Sur, la presencia del E/A-18G Growler, avión especializado en interrumpir radares y comunicaciones. Su llegada al área operacional encendió alarmas en Caracas, donde el gobierno venezolano ha denunciado que Estados Unidos prepara un “pretexto” para justificar una intervención contra su territorio.

La Casa Blanca sostiene que se trata de una operación contra el narcotráfico. Sin embargo, el alcance tecnológico y la composición de la flota sugieren un operativo de mayor escala, lo cual explica el tono urgente del pronunciamiento británico.

El documento: rechazo a un “camino a la guerra”

En su declaración, los legisladores del Reino Unido expresan “profunda alarma” ante el riesgo de escalada militar y señalan tres elementos críticos:

  1. La movilización masiva de fuerzas estadounidenses en la zona, con capacidad ofensiva real contra infraestructura terrestre.
  2. El reconocimiento público de Trump de haber autorizado operaciones encubiertas en Venezuela.
  3. Las víctimas civiles registradas en semanas recientes, producto de ataques contra embarcaciones civiles y vinculadas arbitrariamente al narcotráfico.

El texto denuncia que este patrón corresponde a una lógica de “cambio de régimen”, categoría que, tanto el Reino Unido como el resto del mundo conocen bien por los precedentes de los últimos 20 años en Medio Oriente y África. La declaración subraya que América Latina ha rechazado históricamente la intervención extranjera y que cualquier acción militar en el Caribe podría comprometer la estabilidad de todo el hemisferio.

Un Caribe convertido en epicentro de una disputa global

El pronunciamiento británico llega en un momento en que países de la región han empezado a reaccionar frente al fuerte aumento de operaciones militares. Trinidad y Tobago, que ha servido como plataforma de avanzada, ha ejecutado ejercicios conjuntos con EE. UU., mientras su gobierno anunció reuniones de alto nivel con el Pentágono. En el sur continental, Brasil, Colombia y Chile encabezan los reclamos públicos exigiendo la retirada del despliegue militar norteamericano de las aguas continentales.

Desde septiembre analistas consultados por RTVC Noticias han advertido la inminencia de un ataque  de gran escala en territorio venezolano, sobrepasando lo que hasta ahora ha pretendido ser una estrategia “disuasiva” que ha cobrado la vida de más de 80 personas en situación de indefensión.

Para Venezuela, la situación es crítica. Un ataque, así fuera limitado, podría desencadenar, además de muertes, desplazamientos masivos, bloqueos logísticos y un impacto económico devastador. La declaración británica intenta prevenir ese escenario.

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Una advertencia internacional frente a la escalada

El pronunciamiento de los legisladores británicos sitúa la crisis venezolana en el debate global y cuestiona directamente la legitimidad del despliegue estadounidense. La declaración presiona para que el gobierno británico tome posición en el escenario multilateral.

Mientras tanto, EE. UU. moviliza su estructura militar más poderosa en décadas hacia el Caribe. Cada nuevo movimiento,  el portaviones más grande del mundo, un avión de guerra electrónica avanzada y la anunciada visita de Dan Caine a Trinidad y Tobago, alimentan el temor de que la región sea escenario de un conflicto anunciado.

El mensaje británico ha sido muy claro: una intervención militar en Venezuela no solo violaría principios del derecho internacional, sino que podría abrir un ciclo de violencia difícil de contener; un temor que compartió el presidente Petro al anunciar una crisis humanitaria cuyo principal receptor y contenedor sería Colombia.