Cien años de Soledad y otros 7 mil libros han sido prohibidos en escuelas de Estados Unidos durante el último año

De acuerdo con el informe de PEN America, Cien años de soledad —junto con más de 6.800 títulos— ha sido vetado en escuelas de 23 estados y 87 distritos de Estados Unidos, por ser considerado como material que posee “contenido sexual o que promueve la ideología LGBTQ”. Esta ola de prohibiciones se fundamenta en una ley promulgada en Florida por el gobernador Ron DeSantis en 2023.
Entre las obras vetadas figuran otras de Gabriel García Márquez, como El amor en los tiempos del cólera y Crónica de una muerte anunciada. También han sido blanco de censura obras de autores como Isabel Allende y Federico García Lorca. Sin embargo, recientemente el juez federal Carlos Mendoza, del estado de Florida, declaró inválida gran parte de dicha ley por considerar que su interpretación es inconstitucional. Esa decisión ha comenzado a revertir el veto impuesto sobre los referentes literarios latinoamericanos.
Según el estudio, publicado en el diario español El País, existe una tendencia hacia leyes y regulaciones más restrictivas que facilitan el control de acceso de estudiantes a determinados contenidos. Aunque en el conteo más reciente hay una ligera disminución respecto al informe anterior, se subraya que nunca antes tantos estados habían aprobado instrumentos legales destinados a imponer restricciones literarias.
Florida encabeza la lista con 2.304 prohibiciones, impulsadas por presiones de funcionarios locales, grupos conservadores y amenazas a licencias docentes. Le siguen Texas y Tennessee, mientras que estados como Utah y Carolina del Sur han creado listas estatales de “no lectura”.
El regreso de Donald Trump a la Casa Blanca ha intensificado esa dinámica: sus órdenes ejecutivas contra el “adoctrinamiento radical”, su defensa del “extremismo de género” y la eliminación de políticas de diversidad han sido usadas como justificación para retirar libros de bibliotecas escolares. El debilitamiento del Departamento de Educación también otorgó más libertad a los estados para imponer controles ideológicos en la educación.
Durante el periodo analizado, 2.050 retiradas de libros se hicieron bajo presión legal, aunque la mayoría de los casos obedecieron a la autocensura: administradores y distritos optaron por anticiparse ante posibles conflictos, incluso cuando no existía una ley explícita que exigiera la retirada.
Un caso relevante llegó hasta el Tribunal Supremo en el caso Mahmoud vs. Taylor, que involucró libros con contenido LGBTQ+. El fallo favoreció a un grupo de padres que buscaba impedir que sus hijos leyeran títulos como La boda del tío Bobby o Born Ready, lo que revivió el debate sobre el límite entre libertad educativa y censura.
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