Durante el consejo de ministros celebrado este martes 24 de junio en la Casa de Nariño, el presidente Gustavo Petro respondió a las críticas por la participación de personas privadas de la libertad en el evento Pacto por la Paz Urbana en Medellín y el Valle de Aburrá. Aclaró que la presencia de estas personas obedece a una estrategia pública y transparente de paz urbana, y no a negociaciones clandestinas.
“En Medellín se subieron (a la tarima) gente que estaba presa a mostrar en público, no debajo de una mesa, cómo hacer un pacto de paz en los barrios”, afirmó el mandatario. “En Medellín yo no subí delincuentes a las tarimas. Con delincuentes hablaron alcaldes y otros”, puntualizó.
El presidente subrayó que quienes están privados de la libertad se encuentran en proceso de rehabilitación. “El que está preso no es un delincuente, es una persona en rehabilitación. [...] Pero yo les dije: hay que meterlos en las fragatas; quien reincida y maneje muerte desde la cárcel se va para las fragatas o a la cárcel de seguridad más alta que tengamos”, enfatizó.
🇨🇴🗣️ #ConsejoDeMinistros | "En Medellín no subí delincuentes a la tarima. La prensa se olvida de un principio universal de la justicia: la persona presa no es un delincuente, está en rehabilitación. Pero aquí ven la justicia como venganza, no ven la gente en las cárceles como… pic.twitter.com/r23896nvp3
— RTVC Noticias (@RTVCnoticias) June 25, 2025
Crítica a pactos ocultos del pasado
En su intervención, el jefe de Estado denunció que, en gobiernos anteriores, se mantuvieron relaciones encubiertas con estructuras armadas en Medellín. “Lo que hicimos en Medellín, frente al pueblo, fue hacer lo que hacían a escondidas. Entonces, la gobernabilidad era una estrategia por medio de la cual las bandas en las calles y sus jefes en las calles negociaban votos con los políticos”, explicó.
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Según el presidente, esta lógica convirtió a Medellín en una ciudad bajo extorsión. “Los políticos le decían: 'baje la tasa de homicidios y sigan'”, recordó.
Advirtió además que “las bandas saben la verdad, quiénes hablaron con ellos, quiénes los negociaron”, en alusión a quienes hoy critican la política de paz urbana.
Revisión de la política de paz urbana
El presidente Petro le pidió al ministro de Justicia, Eduardo Montealegre, revisar la política de paz urbana que —según dijo— “hace agua por varias razones”, entre ellas la dificultad para extender el programa de negociación con estructuras armadas.
Señaló que esta estrategia se ha implementado en Buenaventura, Quibdó y Medellín, y anunció su intención de abrir un nuevo proceso en Barranquilla.
Control sobre El Dorado y terminales portuarias
En otro apartado del consejo de ministros, el presidente se refirió al comportamiento de los homicidios en el país y advirtió que el aumento de la violencia en Bogotá ha afectado las cifras nacionales. Sostuvo que el fenómeno está ligado al funcionamiento de las terminales portuarias y aeroportuarias.
“En Bogotá, Barranquilla, Santa Marta, Buenaventura, Cartagena, etc., que son puertos, aumenta la violencia. En Bogotá también porque es un puerto y tiene dos grandes aeropuertos, uno controlado por la Policía y otro controlado por gente privada (aeropuerto El Dorado)”, indicó.
El mandatario reiteró que en la sabana de Bogotá hay laboratorios de cocaína y que si no se refuerza el control sobre las terminales, “va a seguir subiendo la cocaína, producida cerca de Bogotá”. Por ello, ordenó al ministro de Defensa, Pedro Sánchez, fortalecer la vigilancia y control en puertos y aeropuertos, con énfasis en la terminal aérea de El Dorado.
