Presidente Petro insiste en su defensa de Palestina: “Si cae Gaza, cae la humanidad”

En un evento realizado en el marco de la 80ª Asamblea de Naciones Unidas, el presidente Petro advirtió que la inacción global frente al genocidio en Palestina, el fracaso de la política antidrogas y la negación de la crisis climática.
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Presidente Petro.

Este viernes, el presidente Gustavo Petro intervino en el evento “Nuestra humanidad, nuestra responsabilidad”, en el marco de la 80ª Asamblea General de las Naciones Unidas, con un discurso que recorrió los grandes dilemas de la política internacional y situó a Gaza como el epicentro de una crisis que pone en juego la supervivencia de la humanidad.

Desde Nueva York, el mandatario colombiano planteó que el respaldo ciudadano a la causa palestina se ha convertido en un movimiento global que exige respuestas inmediatas. “Hay que ver qué puede surgir de estos meses de trabajo mancomunado de la humanidad”, expresó, al referirse a las marchas que acompañaron su visita.

Con tono crítico, señaló que Naciones Unidas ha demostrado su inoperancia al depender de resoluciones que “no tienen ningún poder vinculante”. Aseguró que, mientras organismos como la Corte Penal Internacional han dictado órdenes de captura contra responsables de crímenes, estos se pasean libremente por aeropuertos del mundo, en contraste con la severidad con la que Estados Unidos exige la extradición de narcotraficantes a Colombia.

Denuncia sobre operaciones militares en el Caribe

El presidente se detuvo en un episodio reciente: los ataques del Comando Sur en aguas del Caribe contra lanchas señaladas de transportar cocaína. A su juicio, esas operaciones se ejecutan al margen del derecho internacional y terminan asesinando a jóvenes pobres que se ven atrapados entre el crimen organizado y la presión de las naciones armadas. “Si ellos no entregan el cargamento, los mismos narcotraficantes los matan”, dijo, subrayando la precariedad social detrás de la violencia.

Con esta crítica, volvió sobre un argumento constante en su discurso internacional: la llamada “guerra contra las drogas” no es una política de salud pública, sino una estrategia de poder que perpetúa desigualdades y legitima intervenciones militares que violan derechos humanos.

Palestina en el centro del debate

Al abordar la situación en Gaza, el presidente Petro advirtió con claridad: “Los discursos no van a bastar, no van a lograr que se frene el genocidio en Palestina”.

Su llamado incluyó una exigencia directa a la comunidad internacional para que las órdenes de detención contra el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu se cumplan de manera efectiva. “No es posible que haya una orden de un órgano de justicia legítimo y mundial, y él se pasee por las naciones de Europa, de Estados Unidos y otras partes, como si nada”, reprochó.

Incluso fue más allá: pidió que, si Estados Unidos no captura a Netanyahu, Colombia estaría dispuesta a recibirlo para que enfrente la justicia. “Hoy falta eficacia al detener a Netanyahu. El Ejército estadounidense debería capturarlo y, si no lo hace, que nos lo entregue que nosotros lo recibimos”, sentenció.

El mandatario reiteró su propuesta de conformar un mecanismo internacional bajo el nombre “United for Peace” para intervenir en Gaza. Explicó que la resolución requiere el apoyo de tres cuartas partes de los Estados miembros y que ya se han registrado avances: Indonesia, afirmó, se comprometió a contribuir con 20 mil soldados para una eventual misión.

“Solo si Estados Unidos e Israel entienden que hay un ejército más poderoso que los puede enfrentar, se sentarán a negociar”, declaró, en uno de los momentos más contundentes de su intervención.

El jefe de Estado también evocó el vínculo histórico entre Colombia y Palestina. “Colombia y Palestina fuimos hermanos, seguimos siendo hermanos y lo demostramos”, recordó, mencionando el respaldo que en su momento dio Yasser Arafat a la bandera del M-19 como símbolo de resistencia y transformación política.

Ese lazo, dijo, hoy se renueva en el compromiso colombiano de defender la dignidad humana y acompañar al pueblo palestino en la exigencia de justicia.

Migración y racismo: “Los migrantes no sobran, nos hacen falta”

En otro tramo de su discurso, el mandatario conectó la tragedia de Gaza con la crisis migratoria en América Latina. “Los migrantes no sobran, nos hacen falta”, afirmó, cuestionando las políticas de persecución aplicadas en Estados Unidos contra comunidades latinoamericanas.

Recordó el episodio en que su gobierno impidió el aterrizaje de un avión con migrantes encadenados por orden de Donald Trump y denunció que la migración ha sido utilizada como excusa por sectores políticos que promueven ideas de supremacía racial. “Mientras los ancestros de Latinoamérica llevan 30 mil años aquí, los de Trump apenas llevan 100. Tenemos más derecho legítimo a andar desde Alaska hasta la Patagonia”, aseguró.

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Cambio climático y crisis civilizatoria

El presidente Petro también abordó la negación de la crisis climática por parte de sectores políticos en el norte global. Comparó esa postura con el pensamiento filosófico que antecedió al nazismo: “Si la ciencia nos ha dicho hoy que nos acercamos a un colapso climático que puede acabar con todo […], Trump nos dice hoy que no hay que creer en la ciencia. Es decir, repetir el pensamiento filosófico de antes de Hitler. ¿Y eso qué significa? Que hay un Hitler en ascenso. Y hay Goebbels, que es una cadena de telecomunicaciones poderosas”.

Según el jefe de Estado, la magnitud de la crisis ha llevado a las nuevas generaciones a renunciar a la idea de tener hijos ante un futuro devastador. “El capitalismo está en su final, pero se puede llevar toda la vida humana con él. Tenemos que separar la vida humana del capital”, sostuvo.

Consecuencias y proyecciones

La intervención deja varias líneas abiertas: un cuestionamiento de fondo a la arquitectura de Naciones Unidas, a la inoperancia de los tribunales internacionales y a la impunidad de líderes señalados por crímenes de guerra; un llamado a repensar la migración desde la dignidad y una advertencia sobre la urgencia de separar la vida del capital para enfrentar el cambio climático.

Si cae Gaza, cae la humanidad”, concluyó el presidente, resumiendo en esa frase la conexión entre los dilemas de la política internacional y la necesidad de respuestas colectivas que trasciendan a los Estados y devuelvan a la humanidad el papel protagónico en la defensa de la vida.